Para el diorama estrella de la exposición, nos decidimos por la batalla de Brión, donde los infantes lucharon contra una fuerza de invasión inglesa que pretendía hacerse con la ciudad de Ferrol, y en unos 7 m2 representamos el desembarco, y la lucha para que no atacasen el castillo de San Felipe.
La escenografía corrio a cargo de Daniel Fustes, infante de Marina.
El resto de material y soldados a excepción de los animales y algunos marineros, son míos, otro sitio la mar de bueno para poder disfrutar del montaje, escenarios así desde luego que hacen mas fácil el poder jugar con los kekos.
Desde luego agradecer al Mayor las facilidades y al exbecario Artabro los animalitos y que se dedicase a jugar con la zona de Doniños
BATALLA
DE BRIÓN
El 25 de agosto del año 1800, una flota inglesa con más de 100
velas con una fuerza de desembarco de 15.000 soldados, principalmente
de infantería y caballería, arribó por sorpresa a las costas
ferrolanas con la finalidad de destruir la flota española. En la ría
se encontraban 5 navíos, 4 fragatas, 2 bergantines y 6 cañoneros, y
la guarnición alcanzaba cerca de 2.000 hombres que, junto con los
voluntarios, no sumaban más de 3.000. Entre las tropas defensoras se
encontraban 700 infantes de marina que en aquella época pertenecían
al Cuerpo de Batallones de Marina.
El diseño de la defensa de la ría mediante distintas baterías
costeras evitaba cualquier plan de forzar directamente la entrada o
desembarcar en Ares, por lo que sólo cabría el acceso por las
batidas playas del norte y superar el gran obstáculo de las
montañas, siempre protectoras de Ferrol y donde las fuerzas
defensoras podrían hostigar a las invasoras.
Fue de mañana, cuando el vigía de Monteventoso dio la voz de
alarma. Los buques invasores pronto enfilaron hacia las playas de
Doniños y San Jorge, por lo que se advirtió claramente la intención
del enemigo. Rápidamente los buques españoles tomaron posiciones
frente a la costa de La Cabana y La Graña, mientras las tropas que
guarnecían los fuertes de las playas se replegaron al no poder hacer
frente a las tropas invasoras que habían desembarcado.
Las primeras tropas defensoras al frente del capitán de navío
Juan Bautista Topete empezaron a remontar la vertiente norte de la
ría desde La Graña ganando las alturas de La Cabana. Al llegar a la
cima por la tarde, comenzaron las escaramuzas contra los ingleses,
que emprendieron una maniobra envolvente, hacia San Felipe y
Serantes. El terreno, abrupto y arbolado, favorecía la defensa
española, y los invasores comenzaron a disgregarse en pequeños
grupos que eran fácilmente atacados, quedando el frente establecido
en torno a Balón y Brión tras duros combates.
El día 26, el ejército inglés intentó un ataque directo contra
el castillo de San Felipe con unos 4.000 hombres. El buen diseño de
las defensas del castillo hizo que las compañías inglesas fueran
batidas por los defensores desde los caminos cubiertos y aspilleras,
con el apoyo de los cañones instalados en la cortina y en los
baluartes, y el constante hostigamiento desde el Castillo de La Palma
y los buques fondeados. Después de varios ataques, siempre
rechazados, llegó la retirada definitiva inglesa hacia los altos de
Brión. Al amanecer del 27 los ingleses comenzaron el reembarque
para, a media mañana, poner rumbo hacia Vigo con la intención de
atacar la ciudad, sin que lo hicieran finalmente.
La derrota británica mereció siempre el reconocimiento jubiloso
de la historia local pero también el de los militares y gobernantes
de la Nación, aún de los extranjeros; tal es el caso del conocido
brindis de Napoleón en París: "Por los valientes
ferrolanos".
El
diorama representa esquemáticamente dos episodios, el desembarco en
la playa con la destrucción de la batería defensiva y el propio
ataque sobre Brión.