El Camino sigue, y se va acercando a Portomarín, donde vemos el trabajo de Vane y Victor, con una gran cantidad de detalles, han recreado esta villa, que se encuentra en una zona diferente de donde circulaban los peregrinos durante siglos, ya que el embalse construido en la zona, obligo al traslado del pueblo a una zona mas elevada.
Despues de un gran trabajo, han elabroado varios de los elementos mas característicos del pueblo, como son la iglesia, llevada piedra a piedra hasta su lugar actual, la fisionomia de las casas reconstruidas, con su restaurantes y bares, para que los viajeros puedan tomar un tentempie, o que los niños disfruten en los parques infantiles, todo ello con un gran gusto por los detalles, que caracteriza a estos montadores.
Una de las construcciones que a mi personalmente mas me gustan, porque da un uso diferente a la casa moderna de lujo, es el albergue del pueblo, que tiene todas las instalaciones y comodidades para que los caminantes, tengan un merecido descanso en su peregrinar a Compostela.
Una de las villas del Camino, y nuestra siguiente parada, es Melide, en donde Jacobo, uno de nuestros juveniles montadores, con la colaboración de Noa, Sara, Nacho y Lorealai, los niños presentes, se curraron una típica feria galaica, donde se venden productos de las huertas cercanas, y las pulpeiras, donde Melide es uno de los santuarios del consumo de cefalopodos.
Un día de fiesta en Melide, en estos días tan complicados.
El siguiente hito que nos encontramos en este desplazamiento por la ruta Xacobea es Arzúa, donde Paco, Anais y Rober, han dado vida al concello y a su plaza, muy concurrida y animada.
Un gran detalle, es el de la quesería, ya que en la zona es típico este producto, con la denominación de origen Arzúa-Ulloa, con gran precisión, así como zonas de cultivos, que Xabi, Noemi y Angel, la tropa de Curtis, se encargo de dar vida.
Seguiremos con nuevas entradas, la Compostela Medieval, y las leyendas Xacobeas.